In Memoria: Willy Retto, Jorge Luis Mendívil
Trelles, Eduardo
De
la Piniella, Octavio Infante, Amador García, Pedro
Sánchez,
Félix Gavilán y Jorge Sedano Falcón
A 35 años de acontecida una masacre que no debió suceder, o
mejor dicho que se sabía a todas luces iba a suceder, y las victimas podían haber
sido, tú , yo, otro, o los 8 periodistas que fueron lo asesinados,
con el transcurrir de los años hemos ido olvidando este
hecho, a las víctimas, sus familias y los victimarios, y peor aún hemos
exculpado a los instigadores, he aquí donde
radica la importancia de volver a poner sobre la mesa el tema, y recordar lo que aconteció en esa época.
Empezaré por hacer un rápido recuento, ya que información ahora hay de sobra,
pues eran tiempos difícil es verdad, pero difíciles para quién? pues para
quienes siempre los son, para los comuneros, los campesinos, los olvidados los
marginados,
diariamente eran víctimas de todos, y de todo, de los
Terroristas de las filas de Sendero luminoso que dicen abrazaron una guerra
para reivindicarles, de los militares que deberían ir en su defensa, del
sistema que debiera existir para
protegerlos, del gobierno que era elegido para actuar con políticas decididas
de lucha contra el terrorismo y no contra los comuneros.
Pues no, todos contra ellos, y así victimas de todos
cargaron con toda la culpa, culpa que
hasta hoy ellos asumen hidalgamente y cada año de forma humana realizan una
peregrinación hasta el lugar de los hechos y piden perdón a las víctimas y a
sus familiares, sin saberse que ellos también
fueron víctimas y aun siguen esperando que el estado, los militares y la sociedad
un dia asuma su responsabilidad y al menos les ofrezca su disculpas.
Pues bien, Los comuneros de Ucchuraccay eran víctimas
constantes de todos los grupos, a eso se sumaba la estrategia del gobierno y de
ponerlos como carne de cañón y enviar militares para que los entrenen estratégicamente
y les corroan el cerebro diciendo que ellos deben enfrentar a todos los que lleguen sin
importar quienes, porque todos son enemigos, pues era la práctica de los militares, atacaban a todos,
violaban mujeres, secuestraban y asesinaban a los comuneros, y robaban sus animales y productos agrícolas,
les instigaron hasta sembrar el odio, pero sobre too de miedo, ya una vez arraigado todo el
terror en sus corazones, eran presas fáciles de sus mentes, lo que no les
permitió diferenciar entre terroristas y periodistas, los unos irían con armas
y un discurso típico, los otros llegaron solo con sus cámaras y sus lapiceros,
no era difícil distinguir, aún hay mucho por indagar, pero se habla de
militares infiltrados que azuzaban a los campesinos a cometer tal asesinato a
hombres de prensa, que alertados por lo que venía sucediendo en la zona, deciden
ir a averiguar periodísticamente, con un guía de la zona, o sea si quien los
guiaba era una lugareño, no era un problema la comunicación ya que hablaba
quechua, no era problema de desconfianza ya que lo conocían, no era problema de
enfrentamiento ya que estaban desarmados,
¿Qué fue lo que ocurrió?, lo que pasó fue estrategia militar
y sistemática del gobierno, SEMBRAR el TERROR, que es lo mismo que vienen haciendo
hoy acusando ligeramente y sin tapujos a todos como "terroristas", a los que se
indignan, a los que se oponen, a los que pintan, a los que hablan, a los que cantan, “ Miente,
miente que algo queda” reza un decir, pues bien, hoy en día estamos permitiendo
que nuestra sociedad caiga en el mismo facilismo de controlarlo todo con la Estrategia
del “Terror”
Haciendo creer que todo el que no aprueba su inmoral
proceder es Terrorista, y así estamos creando nuevos “Ucchuraccay”, cuidado que
mañana no serán periodistas, puede ser tú, cuando al fin algo roce tu indignación,
pueden ser tus hijos , tus padres, tus congéneres, sí, también puedo ser yo,
pero yo me iré hablando, gritando,
arañando, tu callas con un hachazo, con un apelativo de “terroristas” de “rojo
comunistas” no importa lo que realmente anide en tu mente y en tu alma, cuando
hayas muerto nadie reclamará, porque no quiere que haya gente marchando por
odio, así en menos de un lustro serás pasado, serán olvido, y tal vez solo tu madre
marchará con una foto hasta su último aliento, y le miraran de soslayo como
ociosa quejumbrosa, “comunista” “llena de odio” y no recordarán su nombre, solo
dirán que es una “rojete” que vive del odio.
Alertado estamos, si alientas la cultura del insulto fácil,
sin pruebas sin rasgos, ya eres terrorista, y debieras etiquetarte primero tú,
si algo aprendiste de los comuneros de Ucchuraccay. que al menos tienen la
decencia de pedir Perdón aun cuando ellos aun cargan con su alforja llena de
dolor, de familiares muertos, de hijos no nacidos, de un corazón sin rostro
congelado a 4000 metros de altura, donde se quedaron.