sábado, 28 de mayo de 2022

EL JAPONÉS QUE NO CONOCÍA

 Japón a adoptado una actitud resiliente, después del bombardeo Hiroshima y Nagasaki, decidió reformar su sociedad, y realizó grandes cambios en la educación, para lograr una de vanguardia siendo la excelencia en la tecnología, pero siempre acompañado con el crecimiento de su sociedad, teniendo como objetivo una  sociedad más humana, es así que en las escuelas incluyen un curso llamado "formación para la vida" donde les inculcan diferente valores y principios humanos.

Aquí alguna de las cosas que sorprenden a quienes los visitan desde occidente:

  1. No te aceptan propinas, entienden que están dando un servicio de calidad (como en los restaurantes) y lo hacen con la mejor voluntad por ti y también por su reputación, no necesitan propina, no es correcto un servicio por un interés monetario.
  2. Las personas que están enfermas usan mascarilla por respeto a los demás, esto desde siempre, no sólo por la pandemia.
  3. No se come en el metro ni en la calle, y si comen en la calle se llevan sus residuos o deshechos en su bolsa, no hay tachos de basura en las calles. O reciclan en el establecimiento donde compraron. Los japoneses se sienten responsables del cuidado del medio ambiente.
  4. No se responde el celular en el metro, y se lleva en modo silencio (le llaman modo respetuoso), no es agradable que suenen los diferentes tonos en el metro u otro espacio compartido.
  5. No se pasa la comida con los palillos, el uso de palillos es cultural, no son simples cubiertos.
  6. Las personas no se tocan, se puede abrazar o dar la mano según el grado de confianza, pero el saludo habitual es con una inclinación.
  7. En Japón no se ingresa a las casas con los zapatos que se llegan de la calle, porque el suelo de las casas debe ser pulcros, ya que muchas familias usan el suelo para sentarse.
  8. Cuando conocen a una persona intercambian tarjetas de visita (de presentación), es respetuoso, mientras no intercambies tarjeta sigues siendo extranjero, no te tomarán en serio.
  9. En Japón se respeta y se trata de forma especial a las personas mayores, porque su edad representa experiencia además que esa persona contribuyó al país que ahora tú como joven disfrutas (Claro en Japón, donde el trabajo es altamente valorado, significa honra, dignidad, orgullo), la veneración a los mayores es única en Japón.

 

A propósito de este ultimo punto, recuerdo que en una oportunidad viajé en un avión lleno de japoneses, todos personas muy mayores, que el gobierno enviaba de viaje de placer por ser mayores y en gratitud a su trabajo y contribución a la sociedad, las personas que iban sentadas a mi costado, era una pareja de esposos, el señor tenia 82 años, pero con una lucidez y entusiasmo de un niño, super inquieto y emocionado, la señora una mujer de 69 años, lo sé porque me lo dijeron, ella era más reservada, pero se notaba que supervisaba cada paso de su esposo, era como su asesora, lo digo porque el señor le consultaba casi todo, el señor tenía un entusiasmo contagiante, a mí me gusta conversar con las personas que conozco, y saber de sus experiencias de vida, o lo que deseen contarme, aunque al no saber japonés y ellos no sabían inglés, ni manejaban redes sociales y menos Google, era difícil por no decir imposible, por lo que sólo les sonreí, y pensé que quedaría ahí, pero no, el señor quería conversar conmigo, y me hablaba en japonés,  yo trataba de entenderle pero no lograba traducir o adivinar, cuánto sería el entusiasmo del señor que terminamos conversando todo el vuelo, me contaron que eran campesinos, que toda su vida trabajaron la tierra, y que se encontraban viajando en sus primeras vacaciones, pero desde ahora estarán en el programa anual de vacaciones para los adultos mayores, nunca habían salido de su país, me dijeron su edad,  sus nombres, no tenían Facebook, que en su país tienen una montaña llamada Fuji, no era tan alta como las de Perú (y eso porque yo les hable del Huascarán), pero que era lo más alto que tenían en su país, luego hablamos de otras cosas y reímos mucho, hasta ahora no sé cómo hicimos para entendernos, dicen que la fuerza de voluntad y la fe mueven  montañas. Me dejaron su dirección en un papel, obviamente escrito en japonés.

Reafirmé algo maravilloso, cuando se quiere algo con pasión, y se tiene la voluntad, nada es imposible, y aprendí que nunca hay que desestimar nada ni a nadie. Fue una hermosa lección que me dio este señor con tanta alegría,   era un niño lleno de vitalidad.


Al final cuando bajamos del avión, no dejaba de filmarme y tomarme fotos y saltaba como un niño, realmente encantador, me dieron ganas de seguir el viaje con ellos, pero ellos iban en un grupo de 60 personas, un grupo guiado; y yo iba sin programa alguno, sin saber ni cómo iba a salir del aeropuerto.

Así nos despedimos, ojalá algún día pueda ir a Japón y si logro visitar a esta linda pareja y a otros amigos de Japón, como mi querida amiga Youko, a quien siempre recuerdo con cariño, eso me haría muy, pero muy feliz,  y si no, seré feliz imaginando que estas lindas personas se encuentran muy bien y siguen disfrutando la vida.