II Año de la Pandemia; 25 de Enero de 2,021
Querida Madre:
Después de diez meses de trabajo
en remoto, he regresado a las oficinas, qué nostalgia de los tiempos idos,
cuando todos los lugares estaban copados, murmullos, risas,
conversaciones, una cuchara removiendo
el té caliente, pero no más cálido que los consensos alcanzados al final de una
larga discusión.
Me ha invadido la tristeza, ver el silencio de los escritorios, todo habla de un tiempo pasado, detenido y con fecha efeméride, 16 de marzo 2020.
Cuadernos, informes,
oficios, reportes, acuerdos impresos, lapiceros en reposo, suvenir de
algún viaje anhelado, accesorios de apoyo, algún recuerdo, muñequitos,
juguetes, evidencia de una amistad que
hoy se refugia bajo otro techo, las sillas vacías que tal vez al volver extrañe
su dueño.
He visto a algunos de mis amigos,
con la alegría de saberlos sanos y aún salvos, y la melancolía de un abrazo
suspendido, solo una mirada que dice ¡te
quiero, y estamos vivos! Y luego una leve sonrisa, tímida, porque no queremos
ofender a ese enemigo con nombre propio, (Covid19).
Estos tiempos de pandemia sí nos
ha cambiado, hoy decimos cuídate, no más, como una frase cliché, lo decimos con
el corazón, con el genuino deseo de
volverte a verte al final de todo esto,
en tanto sólo un choque de puños (que es la mayor muestra de aprecio),
un cruce de miradas, (que es lo único que se ve), y mil sentimientos flotando
en el espacio alrededor de este encuentro.
El miedo ya es nuestro aliado, es
lo que nos puso en alerta la noche anterior para prevenir toda posibilidad de
ser un número en las estadísticas , solo un número, ni siquiera un nombre, un título, un
parentesco, todo se desvanece ante la muerte.
Ante esta imagen
premonitoria, tomo dos mascarillas (le
cerramos todas las puertas al intruso), un protector facial, alcohol, y mucha
atención, segundo a segundo.
Y salimos a enfrentar al virus,
verle la cara y que vea la nuestra, de
temor sí , seguramente, pero también de decisión y valentía, hoy día
en el que el valor está fortalecido, nos
hemos hecho valiente a fuerza de la necesidad y sin más opciones, y salimos a darle la cara al virus mortal.
¡Sí, valiente!, porque hay que serlo para asumir la responsabilidad de cuidarnos y cuidar al otro, ser valiente de saber que si te contagias no hallarás más responsable que al que miras en el espejo, nadie morirá tu muerte, nadie se ahogara en tu asfixia, nadie recordará tu nombre y si usaste la mascarilla o te expusiste a un metro de tu inexistencia, o si desanimado pero con la frente en alto tengas que asumir la mala racha de haber sido contagiado.
Hoy solo podemos ser valientes.
Pero también me invadió el orgullo, de volver a ver esos rostros que conocía y veía a diario, y que hoy han sido reemplazados por los de nuestras familias, a quienes vemos todos los días y casi ya no reconocíamos.
Esos rostros que ya los sabía de memoria, y los reconocía , a estas alturas, sólo por
sus pasos. Volver a ver esas miradas
detrás de la voz que en reuniones de Teams (herramienta de internet para realizar reuniones de audio y de Video que se
usan en estas épocas), sacamos adelante
grandes proyectos, saberlos que a pesar
de la distancia, del claustro, seguimos
juntos, empujando el triciclo hacia la meta, quien nos hubiera dicho que
lograríamos todo lo alcanzado, le hubiéramos dicho:
¡Estás loco, somos tercermundistas!,
En pandemia no todo ha sido malo,
nos ha demostrado que tendremos una economía tercermundista, pero somos
personas y profesionales de primera, y que nuestra capacidad de soltar
diferencias y tomar coincidencia es tan grande, que la voluntad siempre estuvo
ahí, pero hacía falta una pandemia.
Hoy sabemos que no es sólo
diplomático decir que somos una familia,
realmente lo somos con sus
buenos y malos ratos, con sus penas y alegrías, también hemos llorado a los
nuestros.
Y si mañana no estamos, sabemos que ya hicimos historia, aunque ésta
no hable de ello,
Solo nosotros sabemos todo lo que
logramos en estos 315 días, y contra todo lo que luchamos, sabemos
del camino que nos queda por recorrer, para el que estamos preparados,
porque ya pasamos por tanto, y si no lo estamos, lo inventamos.
Pero en este barco...¡nadie se rinde,
nadie bajará las velas!. 💪❤🇵🇪
Dedicado a todos los que seguimos
en la lucha por la vida con responsabilidad
y solidaridad, y en memoria de
los que partieron y dejaron su estela,
no los olvidamos. 🌹⭐
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita!