Este encuentro fue la razón de todo o casi todo, porque es como el fin de todo y el principio de
la calma. Desde que conocí a un poeta
grande con toda su grandeza, a los 13 años, lo leí sin saber mucho de él, fue en
las vacaciones, estaba leyendo sobre partidos políticos, a esa edad
surgió mi necesidad por definir mi postura política, que ya la venía ejerciendo,
pero ahora quería saber de lado de quién o de qué quería estar, así llegué a “Masa”, ¡Qué gran poema dije! y que gran Hombre,
¿Quién es? Indague su biografía, Cesar Vallejo nada menos peruano, provinciano
nada menos!, pero un hombre de mundo, de gran historia, y aunque no recordaba
ya lo había leído antes, en un breve
pasaje con un joven Víctor Raúl Haya De La Torre cuando Cesar Vallejo le dice,
ya para entonces con sus dote proféticos:
“Yo poeta,
Brindo mi copa por este pichón de cóndor
… … Yo profeta
… …Anuncio que volará alto,
Y será grande… grande… “
César Vallejo
Y así fue. y bueno, con “Masa” inició esa relación, esa conexión impensada,
con ese Poeta que pasó a ser un Faro en mi camino, ese ser que no necesitas
verlo, que lo llevas dentro, que llegas a conocer lo mejor de él, su alma, su ser; y desde entonces fue una relación de gratitud, de reverencia, de justicia, he
llevado su poesía a todos los rincones que la vida me ha permitido y aun cuando
no se me ha permitido también, siempre inicio o finalizo con un poema suyo, y
no por la necesidad de usar su nombre o su imagen como mal se podría
interpretar y se ha visto en otros casos, sino porque es mi forma de darle la bienvenida a cuanto evento,
recital yo participo, creo justo tenerlo presente en todos los eventos de arte
y si no al menos todo los de Poesía, ¿Quién más que él se lo merece?, que ha
llevado la Perú en su propia piel a lo más alto de la literatura, a lo más alto
de la historia o lo más alto del sentir humano, y nosotros a lo más dentro de él. No es gratuito tanto homenaje y
elogios en el mundo ganados aun ahora, creo sin temor a equivocarme que es uno
de los poetas más vivos aun estando muerto.
En este viaje a Europa,
todo fue pretexto para llegar a Vallejo, sí habían anhelos, promesa, deseos llenos
de sueños por el arte, pero de alguna manera quien hizo enraizar esa idea de llegar
a Europa, de llegar a París, que era lo mismo llegar a Vallejo, fue él mismo, y
fue quien me acompañó desde el primer paso, desde el aeropuerto, estuvo en mi
mente durante todo el vuelo, al llegar a Madrid, ya caminaba con él a cada
paso, mientras caminaba iba recitando mentalmente “España aparata de mis este
calíz” y “ España cuídate de tu propia España” justo en estos tiempos que
España le dolería más , aquí otra vez Vallejo El Profeta.
Mis acompañantes no entienden que cada paso que doy se me va
estrujando el alma, se me humedecen los ojos; yo solo quiero silencio y a lo
lejos un dulce acordeón sí que me entiende y llora un dulce vals de Strauss.
Luego dejamos Madrid y Burdeos, a ratos me imbuía en toda
esa maqueta gigante que es Europa, reluciente brillante, y también caminando
los pasos de la historia, Napoléon, Isabel La Católica, Cristóbal Colón,
Pizarro, El Inca Garcilaso de la Vega, García Lorca, Calderón de la Barca, Góngora,
Manrique, Darío, uff son tantos me faltaba aire, todo fluía en mi memoria en mi
mente a cada paso, pero en mi corazón solo estaba él, Vallejo. Ya estaba a
punto de ir a su encuentro, llegamos a París y el corazón palpitaba a mil, quería hacer día la noche, pero había que
considerar otros temas, horarios, transporte tiempo, lugares por conocer, etc.
Bien dejemos para el final lo importante, me dije.
Y al tercer día, (como que lo mejor sucede al tercer día) llegué
al “Cimentaire Montpasnasse” con la
emoción en la boca, en la mano, ya colgando de los dedos. Ya había repasado
todo en mi mente, estaba segura que lo podía encontrar, porque había oído de
personas que no lo encontraron hasta en dos días y algunos se fueron sin
hallarlo, pregunté (solo por seguridad) al ingreso, pedí información, igual no es
exacta. Caminé hacia donde decía el plano, pero no lo encontré, regreso al inicio
a pedir información, es lo mismo.
Vuelvo al intento pero ahora no sigo el plano
lo hago por lo que yo sabía y mi intuición, a la primera no lo encuentro, dije
vamos por la primera no hay por qué preocuparse, vuelvo a la búsqueda, y
tampoco, hice 10 intentos pasé por todos los caminos y donde no había caminos,
estaba segura (por mi intuición) que era por ahí, pero no tenía la certeza según
el plano, intenté 3 veces más, empecé a preocuparme porque había llegado
algo tarde y tal vez iban a tener que cerrar, me impaciente, y volví
a buscar ahora ya con más apuro, hasta que pensé que ya iba a tener que
desistir, pero era una idea que no podía aceptar, no estaba permitido desertar
al encuentro, no era una posibilidad, y como yo creo en las señales y en
las conexiones con el universo, eso a lo que los Católicos llamamos Dios o Ángeles, y
los Andinistas llamamos APUS; sentía que
me estaba esperando, levanté la cabeza
al cielo, y dije en voz alta: “Vallejo no te escondas, por favor he venido de
tan lejos, de tu patria, de tu suelo, tengo tu alma incrustada en la mía, sal de una vez,
no me dejes triste” realmente no lo pensé solo me nació decirlo mientras seguía buscando, luego este momento me hizo recordar el poema “A mi Hermano Miguel” en ese instante giro la cabeza
hacia atrás, como cuando te llaman por la espalda (aquí recordé otro poema, y es tan cierto lo que digo, que lo sabe el cielo) y
ahí lo veo!!!
Me quedé estática un
par de segundos, no podía creerlo es como si me hubiera oído y se dejó ver, ahí
estaba, y yo había pasado algo de 12 veces por ese mismo lugar, pero quería
jugar conmigo, y ahí estaba, lo vi y me entristeció verlo algo sucio, algo solo, algo sin nombre, pero con los segundos la razón vuelve a uno y entendía que lo que estaba era lleno de amor, eso que yo creía basura o abandono, realmente era ofrendas que todos los que lo quieren hacen largos viajes y le dejan, luego miré al rededor y era el único que tenía tanto "amor" sobre su tumba.
Entonces pude sentirlo y estoy segura que él a mí, y nos
reconocimos, nos abrazamos, y nos emocionamos (lo pueden certificar quienes
estuvieron de testigos, porque hubieron quienes nos vieron).
Y entendí al fin que quien
había hallado la casa era yo, él nuca
estuvo buscando nada, él está en casa. Todo este tiempo pensaba que se debían repatriar sus restos y tráelos a su tierra, lo imaginaba solo, con frío,
abandonado, pero ahora entiendo que no se puede desarraigar a nadie de su casa,
él esta donde realmente deseaba estar, donde fue feliz con sus contradicciones,
pero fue feliz.
Fue entonces que toda mi emoción se calmó, se serenó, y
hablamos un rato, había algo de tiempo aun le dije,
Le recité un par de poemas suyos, con el alma, como cuando
se ofrece lo mejor de la casa al homenajeado, y fue cuando se me quebró la voz,
los lacrimales y el alma, pensando en
todos los
momentos que lo iba imaginando, que iba siguiendo sus pasos a través de su biografía, a través de
sus cartas, de sus amigos de los que lo conocieron y también de sus detractores, que no son muchos pero son, en fin, y también pensé en los hermanos literarios que anhelan hacer este viaje solo por ver esa
lápida fría, pero bien lo vale, y es justo lo que se merece Vallejo, realizar
ese periplo largo para sentirlo, para interiorizarlo, no puede ser fácil, así
llegan los que realmente saben por qué y para qué llegar.
Finalmente entendí lo que Cesar nos dijo:
"Dios
míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no
podrás jugar, porque la Tierra
es un
dado roído y ya redondo
a
fuerza de rodar a la aventura,
que
no puede parar sino en un hueco,
en el
hueco de inmensa sepultura."
Todos terminan
en ese hueco de inmensa sepultura, pero nadie irá por los Clementes, en cambio
cruzaran océanos por los Vallejos.
“No busques ser
un Clemente, busca ser un Cesar Vallejo, La vida es corta, la muerte es eterna”
Desgraciadamente,
Cesar, el Perú es el mismo de antes, los Clemente Palma se han reencarnado,
afortunadamente hay mucho por hacer Hermano y hay muchos París en el Perú, y no
hay otro Vallejo aún”
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