domingo, 5 de noviembre de 2017

A CESAR, LO QUE ES DE CESAR... VALLEJO INMORTAL!

Este encuentro fue la razón de todo o casi todo, porque es como el fin de todo y el principio de la calma.  Desde que conocí a un poeta grande con toda su grandeza, a los 13 años, lo leí sin saber mucho de él, fue en las vacaciones, estaba leyendo sobre partidos políticos, a esa edad surgió mi necesidad por definir mi postura política, que ya la venía ejerciendo, pero ahora quería saber de lado de quién o de qué quería estar, así llegué a  “Masa”, ¡Qué gran poema dije! y que gran Hombre, ¿Quién es? Indague su biografía, Cesar Vallejo nada menos peruano, provinciano nada menos!, pero un hombre de mundo, de gran historia, y aunque no recordaba ya lo había leído antes,  en un breve pasaje con un joven Víctor Raúl Haya De La Torre cuando Cesar Vallejo le dice, ya para entonces con sus dote proféticos:
“Yo       poeta,
Brindo mi copa por este pichón de cóndor
… … Yo profeta
… …Anuncio que volará alto,
Y será grande… grande… “
César Vallejo



Y así fue. y bueno, con “Masa” inició esa relación, esa conexión impensada, con ese Poeta que pasó a ser un Faro en mi camino, ese ser que no necesitas verlo, que lo llevas dentro, que llegas a conocer lo mejor de él, su alma, su ser; y desde entonces fue una relación de gratitud, de reverencia, de justicia, he llevado su poesía a todos los rincones que la vida me ha permitido y aun cuando no se me ha permitido también, siempre inicio o finalizo con un poema suyo, y no por la necesidad de usar su nombre o su imagen como mal se podría interpretar y se ha visto en otros casos, sino porque es  mi forma de darle la bienvenida a cuanto evento, recital yo participo, creo justo tenerlo presente en todos los eventos de arte y si no al menos todo los de Poesía, ¿Quién más que él se lo merece?, que ha llevado la Perú en su propia piel a lo más alto de la literatura, a lo más alto de la historia o lo más alto del sentir humano, y nosotros a lo más dentro de él. No es gratuito tanto homenaje y elogios en el mundo ganados aun ahora, creo sin temor a equivocarme que es uno de los poetas más vivos aun estando muerto.





En este viaje a Europa,  todo fue pretexto para llegar a Vallejo, sí habían anhelos, promesa, deseos llenos de sueños por el arte, pero de alguna manera quien hizo enraizar esa idea de llegar a Europa, de llegar a París, que era lo mismo llegar a Vallejo, fue él mismo, y fue quien me acompañó desde el primer paso, desde el aeropuerto, estuvo en mi mente durante todo el vuelo, al llegar a Madrid, ya caminaba con él a cada paso, mientras caminaba iba recitando mentalmente “España aparata de mis este calíz” y “ España cuídate de tu propia España” justo en estos tiempos que España le dolería más , aquí otra vez Vallejo El Profeta.
Mis acompañantes no entienden que cada paso que doy se me va estrujando el alma, se me humedecen los ojos; yo solo quiero silencio y a lo lejos un dulce acordeón sí que me entiende y llora un dulce vals de Strauss.



Luego dejamos Madrid y Burdeos, a ratos me imbuía en toda esa maqueta gigante que es Europa, reluciente brillante, y también caminando los pasos de la historia, Napoléon, Isabel La Católica, Cristóbal Colón, Pizarro, El Inca Garcilaso de la Vega, García Lorca, Calderón de la Barca, Góngora, Manrique, Darío, uff son tantos me faltaba aire, todo fluía en mi memoria en mi mente a cada paso, pero en mi corazón solo estaba él, Vallejo. Ya estaba a punto de ir a su encuentro, llegamos a París y el corazón palpitaba a mil,  quería hacer día la noche, pero había que considerar otros temas, horarios, transporte tiempo, lugares por conocer, etc. Bien dejemos para el final lo importante, me dije.



Y al tercer día, (como que lo mejor sucede al tercer día) llegué al “Cimentaire Montpasnasse”  con la emoción en la boca, en la mano, ya colgando de los dedos. Ya había repasado todo en mi mente, estaba segura que lo podía encontrar, porque había oído de personas que no lo encontraron hasta en dos días y algunos se fueron sin hallarlo, pregunté (solo por seguridad) al ingreso, pedí información, igual no es exacta. Caminé hacia donde decía el plano, pero no lo encontré, regreso al inicio a pedir información, es lo mismo.




 Vuelvo al intento pero ahora no sigo el plano lo hago por lo que yo sabía y mi intuición, a la primera no lo encuentro, dije vamos por la primera no hay por qué preocuparse, vuelvo a la búsqueda, y tampoco, hice 10 intentos pasé por todos los caminos y donde no había caminos, estaba segura (por mi intuición) que era por ahí, pero no tenía la certeza según el plano, intenté 3 veces más, empecé a preocuparme porque había llegado algo tarde y tal vez iban a tener que cerrar, me impaciente,  y volví a buscar ahora ya con más apuro, hasta que pensé que ya iba a tener que desistir, pero era una idea que no podía aceptar, no estaba permitido desertar al encuentro, no era una posibilidad, y como yo creo  en las señales y en las conexiones con el universo, eso a lo que los Católicos llamamos Dios o Ángeles, y los Andinistas llamamos APUS;  sentía que me estaba esperando,  levanté la cabeza al cielo, y dije en voz alta: “Vallejo no te escondas, por favor he venido de tan lejos, de tu patria, de tu suelo, tengo tu alma incrustada en la mía, sal de una vez, no me dejes triste” realmente no lo pensé solo me nació decirlo mientras seguía buscando, luego este momento me hizo recordar el poema “A mi Hermano Miguel” en ese instante giro la cabeza hacia atrás, como cuando te llaman por la espalda (aquí recordé otro poema, y es tan cierto lo que digo, que lo sabe el cielo) y ahí lo veo!!!



Me quedé estática  un par de segundos, no podía creerlo es como si me hubiera oído y se dejó ver, ahí estaba, y yo había pasado algo de 12 veces por ese mismo lugar, pero quería jugar conmigo, y ahí estaba, lo vi y me entristeció verlo algo sucio, algo solo, algo sin nombre, pero con los segundos la razón vuelve a uno y entendía que lo que estaba era lleno de amor, eso que yo creía basura o abandono, realmente era ofrendas que todos los que lo quieren hacen largos viajes y le dejan, luego miré al rededor y era el único que tenía tanto "amor" sobre su tumba.



Entonces pude sentirlo y estoy segura que él a mí, y nos reconocimos, nos abrazamos, y nos emocionamos (lo pueden certificar quienes estuvieron de testigos, porque hubieron quienes nos vieron).
Y entendí  al fin que quien había hallado la  casa era yo, él nuca estuvo buscando nada, él está en casa. Todo este tiempo pensaba que se debían repatriar sus restos y tráelos a su tierra, lo imaginaba solo, con frío, abandonado, pero ahora entiendo que no se puede desarraigar a nadie de su casa, él esta donde realmente deseaba estar, donde fue feliz con sus contradicciones, pero fue feliz.
Fue entonces que toda mi emoción se calmó, se serenó, y hablamos un rato, había algo de tiempo aun le dije,
Le recité un par de poemas suyos, con el alma, como cuando se ofrece lo mejor de la casa al homenajeado, y fue cuando se me quebró la voz, los lacrimales y el alma,  pensando en todos los 
momentos que lo iba imaginando, que iba siguiendo sus pasos a través de su biografía, a través de 
sus cartas, de sus amigos de los que lo conocieron y también de sus detractores, que no son muchos pero son, en fin, y también pensé en los hermanos literarios que anhelan hacer este viaje solo por ver esa lápida fría, pero bien lo vale, y es justo lo que se merece Vallejo, realizar ese periplo largo para sentirlo, para interiorizarlo, no puede ser fácil, así llegan los que realmente saben por qué y para qué llegar.



Finalmente entendí lo que Cesar nos dijo:


"Dios míos, y esta noche sorda, obscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura."

Todos terminan en ese hueco de inmensa sepultura, pero nadie irá por los Clementes, en cambio cruzaran océanos por los Vallejos.
“No busques ser un Clemente, busca ser un Cesar Vallejo, La vida es corta, la muerte es eterna”

Desgraciadamente, Cesar, el Perú es el mismo de antes, los Clemente Palma se han reencarnado, afortunadamente hay mucho por hacer Hermano y hay muchos París en el Perú, y no hay otro Vallejo aún”





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