viernes, 31 de enero de 2020

TERCERA CARTA A MAMÁ: LA GUARDIANA DE MIS LIBROS




Querida Madre:

Sigo revisando nuestros recuerdos, nuestro andar juntas por esta vida que nos tocó compartirla, y la cual bendigo, y al mirar esta foto, recuerdo claramente este momento,  en que yo descuidé el libro que llevaba ese día para leerlo en momento libres, que por cierto estando contigo no hubieron esos espacios, todos los copaba tu dulce compañía. Recuerdo que lo dejé apoyado en algún lugar para hacerles una foto a ti y Papá, y olvidé el libro, luego seguimos recorriendo lugares y yo seguía registrando sus pasos en instantáneas plasmadas para siempre más en mi corazón que en las imágenes digitales, como lo hacía siempre, y no me di cuenta en qué momento tomaste el libro, y lo salvaste del mi olvido evitándome así un gran dolor porque sabías bien lo que me generaba el perder un libro, pero sobre todo a media lectura, Te amo Madre porque siempre pude reconocer en este gesto tuyo de resguardar mis libro tu inmenso amor que me prodigaste siempre. Aún están intactas las últimas cajas que llenaste de libros que no paro de adquirir, y que en tu afán de resguardarmelos, más que ordenar, yo podía ver en tus ojos tu amor maternal cuando con tus delicadas manos tomabas uno a uno cada libro y grababas en tu memoria las portadas, colores y tamaños, para que quedaran inventariados en tu memoria y cuando yo siempre despistada, preguntaba: "Mami, viste mi libro de Julio Verne?  o de Vallejo? o de Nietzsche? u algún otro autor" tu decías: "¿Cómo es?" y luego de que yo te detallara algunas características, me sabías dar razón de dónde lo habías guardado.



Sabes madre, siempre valoré esto que tu hacías por mi, y tu lo sabías, al ver la felicidad en mis ojos y mi grande sonrisa, pero hoy lo valoro más, porque desde que partiste a esa inmensidad donde  espero un día nos reencontremos (es lo único que me sostiene viva), pues desde que partiste he perdido todos mis libros, los miro y no los reconozco, los leo y no logro entenderlos, los busco y no los hallo.
Madre tú no solo eras una leal custodia de mis queridos libros, si no eras también el motor que me impulsaba a devorarlos, recuerdo que no hace mucho te pregunté, ¿Por qué cuando era chica, y me veías leer nunca me pedías un favor, un mandado, ninguna interrupción?, como sí lo hacías cuando me veías jugar, ver tele, u otra actividad;  a lo que respondiste: " Es que me gustaba verte leer, me gustaba que te guste la lectura", realmente eres una madre sabia, yo te agradecí y te sigo agradeciendo eso, pero lo que no sabías es que eras tú el motor que me impulsaba a leer, la tranquilidad y el amor con el que me resguardabas me permitía leer sin preocupación alguna, ahora todo es distinto madre, me haces tanta falta, y no para que guardes mis libro, sino para que me impulses a abrirlos, lo estoy intentando madre, no quiero que sea inútil tu amorosa custodia, aún tengo las últimas cajas que tus dulces manos guardaron esos libros que hoy más que nunca son los prioritarios. 
Te amo hasta el infinito Madre!



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita!