domingo, 17 de mayo de 2020

DECIMO TERCERA CARTA A MAMÁ: EL JARDÍN DE TU VIDA






Querida Madre:

Al día de hoy (17 de Mayo del 2020), creo que ya nos estamos acostumbrando a vivir con la pandemia y tal parece que así será por mucho tiempo, o es que el miedo, la angustia y la incertidumbre ya están tan enquistados en nosotros que ya no nos lastima más, hemos aprendido a convivir con ellos, y hasta son amigables, pero aún seguimos en estado de alerta para no caer víctimas del virus,  o al menos intentarlo, si aún no hemos caído ya, y es que algunas personas  teniendo el virus no presentan síntomas, entonces es difícil saber si ya eres uno más de los contagiados, pero sin ser contabilizados. El hecho madre, es que no me gusta vivir como muerta, y eso lo sabes muy bien, creo que lo heredé de ti, porque aunque solías decir que tenías miedo (cuando lo tenías), nunca te quedaste paralizada, y yo he decidido sembrar vida en medio de tanta muerte, siempre nos gustó vivir, aun caminando por los senderos de la muerte, recuerdo cuando firmé por mi muerte antes de iniciar un ascenso a la montaña, si no firmaba por mi propia muerte no hubiera vivido esa experiencia, y ahora hago lo mismo, por eso creo, no creo estoy segura que entre tú, papá  y las montañas fueron mis mejores maestros de vida.
Pues bien, como te decía he decidido sembrar vida, y he buscado al cómplice perfecto, Papá.
y nuevamente debemos agradecerte por todo lo que nos enseñaste respecto a cultivos, plantas, tierra, y cuidados de los cultivos, siempre grandiosa, te recuerdo desde muy pequeña, que siempre tenías tus plantitas, y amabas las flores, las cultivabas con cariño y nos explicabas los cuidados que debíamos tener con cada una de ellas, como te dije antes, yo no retuve mucho de eso, solo recuerdo que tú lo hacías con pasión, y hoy que por doquier nos rodea la muerte, he preferido acercarme a la vida, la más primigenia y generosa, la que nos brinda la tierra, la PachaMama.

Y esta vez busqué a Papá para tal empresa, además para contagiarle el optimismo tan venido a menos en la actual coyuntura, y la verdad que ha sido una buena idea, él recuerda más que yo de cómo hacer los almácigos, y el trasplante de los mismos, además que ahora lo veo más calmo, y es que las plantas siempre serán sinónimo de vida, de esperanza y tranquilidad.
Madre, hemos logrado cultivar Camote, Cebolla, Papaya, Chirimoya, y estamos más entusiastas que antes, ahora estamos haciendo crecer los brotes de Frejol,  Zanahoria, Lechuga, Perejil Culantro, Tomate, Rabanitos, Piña, Ajo, Manzana, y estamos viendo qué más podemos seguir germinando sin salir de casa, porque aún seguimos en el encierro y aunque ahora la cuarentena es más por propia voluntad que por disposiciones nacionales, ya ves que hasta el encierro ya lo hemos adoptado con naturalidad.
Ah Madre!, sabes?, hemos sembrado Rocoto, sabes muy bien que ni papá ni yo toleramos el rocoto ni los ajíes, y nadie en casa, pero creo que fue inconsciente, pensando en ti, ya veremos darle algún uso, también de eso nos enseñaste, ahora que hacemos uso de todo cuanto aprendimos de ti en esta hermosa vida compartida, lo estamos poniendo en practica, creo que es el mejor recuerdo, gesto de gratitud y mejor manera de sobrevivir a nuestros seres queridos, y creo que no te defraudamos, estamos volcando todo lo aprendido ahora que no estas físicamente y que las circunstancias nos ponen a prueba, Estas con nosotros todo el tiempo.


 
 


Mamita querida, aunque siempre amé la naturaleza, la vegetación, las montañas y todos sus senderos, pero al ver todo el proceso de la vida y de mi mano, es emocionante, nos hemos contagiado de ese maravilloso sentimiento que es el llegar a la vida (aun con pandemia) aunque creo que las plantas lo pasan mejor que nosotros, además me a ayudado para fortalecer mi paciencia, todo toma su tiempo. Ahora tenemos más responsabilidades y actividades, cuidando los brotes, regando las planta y protegiendo los frutos, ya no hay tiempos para lamentos de virus o de muertes, o al menos así se disipan.








Gracias madre por todas las armas que nos diste, por toda tu sabiduría; no me alcanza la vida para agradecerte. y antes de despedirme hasta la próxima carta, te cuento que también estamos haciendo nuestro propio pan. Te amo Madre! mi corazón camina contigo.




 

 









PostData; Espero pronto poder cultivar Rosas, Jazmines, y todas las flores que tanto amabas y  no en vanos cultivaste tu propio jardín, el jardín de tu vida, tus hijas a quienes les pusiste nombres de Flores, (el mío para recordarte a los Nardos). Besos hasta el cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita!