lunes, 11 de mayo de 2020

SEPTIMA CARTA A MAMÁ: TODO ME HUELE TI




                                                                                                     Lima, 30 de Enero del 2,020

Querida Madre:

No sabes lo difícil que es lidiar con tu ausencia, cada paso que doy ya se siente el vacío que dejaste.
al salir de casa y encontrar a la vecina limpiando la vereda de su entrada, volver la cabeza y ver que tú ya no estas en la nuestra, ahora hay días que papá toma tu lugar y yo solo cuando amanezco con un poco más de fuerzas.
llegar al paradero cruzar la pista, y vienen a mi mente todas la veces que bajamos juntas al mercado, a los 4 años, tu comprándome mandarinas, a los 6 comprándome lápices, a los 10 me enseñas ha elegir las verduras, a los 15 ya somos compañía, a los 20 es parte de nuestra diversión, a veces hasta vamos solo por el gusto se tener un momento juntas, y a los 30 ya somos cómplices, y solemos hacer desvíos para tomarnos un café, o un helado, o simplemente para realizar una caminata que luego se extiende, yo no sé si tu estas bien, nunca te quejas de nada, de ningún dolor, ni de cansancio, absolutamente de nada, aunque aprendía a entrar en tu mente en tu sentir, y descubrir tus silencios, tú también lo sabes, entre nosotras no hacen falta las palabras.
Madre, siempre pensé que cuanto más vida compartiéramos juntas sería más fácil el momento en que nos toque bajarnos del tren, a una de las dos, y por eso trataba de pasar tiempo y vivir experiencias contigo que eras una excelente compañía, mi mejor compañía; y hoy a la vista de los sucesos, es más difícil, son tantos recuerdos, tantas risas, tantas charlas, tantos sueños, y todo duele, y aun así ojalá hubieran sido más.


Todos dice que es normal, que ya pasará, pero yo no concibo que se pueda vivir con medio corazón, medio espíritu, pedazo del alma, es como he quedado desde que te fuiste, y aun muriendo un poco más cada día, no temo el morir, y creo que fue mejor que te fueras antes, me dolería mucho más saber que eres tú quien sufriría esa desolación, sí, es una desolación inmensa, sin horizonte, sin orillas, sin puertos, aunque creo que sí lo sufriste con la partida de mi querida hermana, mi segunda madre como yo le decía, tu primera hija, tu escuela, tu bebé.
cuánto lo siento madre, ojalá yo hubiera podido hacer más, aunque sé que percibías perfectamente todo el esfuerzo que le dediqué a luchar por su vida, igual siento que te fallé, si mi hermana no hubiera partido, tú estarían aun aquí, conmigo, con nosotros, contigo.


te extraño mucho no porque me hagas falta, eso sería mezquino, sino porque se fue una parte mía, he quedado mutilada, y eso ya no es vida, solo trato de sobrevivir a la parte tuya que quedó en mí.


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